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TUM Paúl Reyes: Una vida dedicada a servir

Por Adrián Ventura

Ciudad Juárez, Chih: Estimados camaradas de la Federación Nacional de Asociaciones en Alta Disciplina, les doy la más cordial de las bienvenidas a esa nueva sección de su revista GLADIUM, titulada PERSONALIDADES, en la cual presentaremos entrevistas a esas personas, que son pilares irremplazables en nuestras instituciones en alta disciplina, quienes han sido forjadores y formadores, de generaciones de jóvenes que aman y sirven a México, por medio de la disciplina y el deporte.

En esta primera entrevista presentamos a un gran personaje, querido, respetado, buen amigo y camarada de entrañables batallas, el instructor Técnico en Urgencias Médicas Paúl Reyes, comandante del Cuerpo Especial de Rescate y Cuerdas del Escuadrón Deportivo Militarizado Cóndor.

Paul Reyes, conocido en jóvenes Cóndor, como PAUL, lleva ocho años seriviendo voluntariamente a las filas de esta institución, es parámedico reconocido por la Benemérica Cruz Roja Mexicana a nivel nacional desde el año de 1991, donde sirvió por más de 18 años.

Ingreso a las filas de Cruz Roja Mexicana, a los 15 años de edad, sin embargo de acuerdo a los reglamente de la institución para poder aceptarlo y reconocerle su instrucción como socorrista debería tener una edad mínima de 16 años.

Aún así lo aceptaron pero condicionándolo a que durante todo el curso básico, debería de tener las mejores calificaciones, "para mí fue todo un reto, pero desde chavo he sido aferrado y cuando me propongo algo lo cumplo y más cuando me condicionan, así que me dije, a echarle todas las ganas y seré el socorrista más chavo en Juárez... y sí fijate lo logre", narra aun entusiasmado recordando esa etapa de formación en su vida.

Del ingreso a pasar una serie de curso en la sede nacional de Cruz Roja Mexicana, pasaron un sin fin de peripecias y sobre todo vidas salvadas o traidas a este mundo.

Me tocó atender de todo, comenta el comandante Paul Reyes, desde los lesionados sencillos, choques donde la gente quedaba atrapada entre los hierros retorcidos, personas quemadas, pero lo que siempre me emocionó mucho fue el ayudar a traer un nuevo ser a esta vida, ayudar a las mujeres embarazadas, no se si fuera casualidad o el destino, pero fueron muchas las ocasiones en que preste este tipo de auxilio.

Luego de 10 años de servicio como socorrista y radio operador, fue comisionardo a la Ciudad de México, para su curso de acreditación de Técnico en Urgencias Médicas, con especialidad en rescate urbano, este curso que es nivel de expertos, los capacitan para rescates de alto riesgo, como es en montaña, acuático y situaciones extremas.

"Fue en ese curso donde aprendí la técnica de rappel, que es una disciplina deportiva de escalada con cuerdas, pero que luego se aplica para rescates de montaña primeramente, luego para espacios confinados, donde muchas veces es dificil acceder y solo se puede hacer por medio de descenso por cuerdas".

Gracias a esos cursos, narra el comandante Paul, le tocó rescatar a una ancianita, quien quedó atrapada en una alcantarilla, luego de haber sido arrastrada por una fuerte venida de agua, tras caer una tormenta que azotó Ciudad Juárez, Chihuahua.

Nos llamaron de madrugada a la delegación y acudimos urgentemente al llamado, comenta el sorrista, por que una mujer de avanzada edad había sido arrastrada por la corriente a una alcantarilla, ahi quedo atrapada y bomberos no podía sacarla, narra con entusiasmo, llegamos los del cuerpo de rescate urbano, colocamos los arneses de seguridad y las cuerdas, para luego empezar a bajarme, aun recuerdo que vi a la señora ya casi inconciente, con señales de hipotermia por estar tanto tiempo en el agua, le coloque el arnés de seguridad, pasé la cuerda y empezamos a subirla... era muy estrecho el lugar, imáginate una alcantarilla y con el agua a toda fuerza, fue en realidad un milagro el que se haya quedado atorada ahí, pero la corriente subía rápido así que la prioridad fue sacarla de ahí y luego salir yo con vida también verdad.

Debido a ese acto considerado heroico, el entonces joven socorrista, recibió un reconocimiento por parte de Cruz Roja Mexicana, al mérito por haber rescate a esa ancianita.

Pero Paul, se vio de frente con la muerte, no solo por las inumerables atenciones de urgencias médicas atendidas, sino por que a él le toco ser el protagonista de un grave accidente que lo puso al borde de perder la vida.

Cuentame Paul, aquella vez que sufriste tu accidente en el Cerro del Caballo... pensativo baja la mirada y como quien viera en la lejanía un recuerdo amargo emìeza a contarme ese accidente... "Fuimos a prácticas ordinarias de escalada y salvamento de montaña, de hecho era la primera práctica que haciamos, en esa ocasión vinó un istructor externo, spuestamente muy capacitado, eramos 10 compañeros de rescate que acampamos en la cima del Cerro del Caballo en la parte más alta a 80 metros, escojimos una pendiente de 20 metros para realizar la práctica, al instructor le pareció muy buena, y empezó con el anclaje para empezar la escalada de esa pared.

Me tocó el turno a mi, revise mis anclajes, los nudos, mosquetones, listo para ascender, pero como uno confia en que su instructor coloca todo debidamente,empece el ascenso, sin embargo apenas llevaba y senti algo floja la cuerda, avise, pero el instructor comentó que era normal, seguí pues subiendo, y cuando llevaba 16 de los 20 metros de pronto senti como la soga de seguridad se desprendía de los anclajes, aún no se que pasó, por más que quiero recordar, no logro entenderlo cual fue su error.

Cuando menos pense, iba cayendo a toda velocidad, la cuerda no respondia, recordé mis instrucciones y como podía me pegaba a las piedras, que a esa velocidad se convierten en agudas y afiladas navajas, nada podía hacer para detenerme, matorrales, mezquites, lechugillas, nopales, los veia pasar por mi costado pero no me podía detener, al fin uun golpe seco, caí al precipicio...

Escuche como mis hueso crujían, mis manos ya sin guantes y ensagrentadas, al igual que mi cabeza, ya sin casco dónde quedó no lo sé, con la fuerza de la caída, salió volando... a lo lejos escuchaba a mis compañeros socorristas gritar...!Paul... Paul, estás consciente, escuchas, pauuul!!!.. luego perdí el conocimiento.

No se cuanto tiempo, pasó cuando llegaron a revisarme, ver que siguiera vivo, si gracias a Dios y la Virgencita segúia vivo, escuche mi nombre, algunos llantos y desesperación por las compañeras más novatas; uno de mis colegas de nombre Rubén Reyes, quien por cierto en su niñez fue Cóndor y hoy es mi camarada en la instrucción para el cuerpo especial de Rescate Urbano en Jóvenes Cóndor, fue quien organizó el operativo de rescate; como estabamos adentrados a la sierra de Juárez el radio no funcionaba, así que uno ellos tuvo que acercarse a la carretera que estaba como a 15 kilómetros para agarrar señal y llamar a una ambulancia, para que estuvieran ahí cuando me llevarán en la camilla.

Inmovilizado, me llevaban en turnos, un recorrido de 5 kilómetros adentrados en el Cerro del Caballo, más 10 hacia la carretera, llevandome herido, los compañeros se turnaban para sacarme lo más rápido de ahi. Luego de más de cuatro horas de carrera y caminando rápido, mis colegas llegaron hasta el punto donde estaba la ambulancia para estabilizarme, y de ahi al hospital de Cruz Roja, para ser operado por las diversas fracturas que recibi.

La verdad pense que no la haría... Varias costillas quebradas, las muñecas, clavículas, y discos de la espalda, además de múltiples golpes en la cara, cabeza, piernas y brazos, pero gracias a Dios de todo fuí curando y pasado el tiempo regrese a rappelear y ser instructor de esta disciplina que me apasiona.

Con esa experiencia, señala Paul, lo que aprendí, fue que cuando eres instructor, tienes en tus manos la vida de quienes les están enseñando, y por ello siempre que hacemos una práctica me aseguro no una sino dos y hasta tres veces que los nudos, anclajes, estén bien realizados y que los equipos estén en perfectas condiciones, para evitar asi accidentes tan graves, como él que yo tuve y del cual gracias a Dios salí con vida.

Es de reconocer que el instructor Paul, aún sean las primera prácticas de rappel en tierra, donde a los jóvenes les enseña los amarres básicos, siempre a cada uno se los revisa y si están mal realizado, lo motiva a que lo haga bien y solo con esta frase "Joven sabe que de este nudo puede depender su vida o la de otro ser humano".

Ya pasada esa grave experiencia, su espíritu no fue doblegado por la adversidad y al contrario continúo con su trabajo como paramédico y socorrista de Cruz Roja, hasta que por motivos profesionales y laborales ya no pudo prestar sus servicios; sin embargo fue cuando meses después llego el Escuadrón Deportivo Militarizado Cóndor a su vida, y es donde toda su experiencia y conocimientos adquiridos, ahora los comparte por ya más de ocho años de servicio a Jóvenes Cóndor. A quien por cierto en la pasada ceremonia de ascensos, recibió un reconocimiento por su labor y formación.

Reciba el camarada Paul Reyes un sincero agradecimiento por su labor de seguir formando nuevas juventudes alejadas de los vicios, de las acciones noscivas y sobre todo por ser un pilar de esta Institución hermanada en la Federación Nacional de Asociaciones en Alta Disciplina.

!FIBRA CAMARADA!

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